“Pretendo llenar de grandes obras de arte la ciudad”

Para el Registro Nacional de las Personas es Emmanuel Pellegrino, pero en la movida graffitera lo conocen como Kase. Este artista plástico, con varios tatuajes en su cuerpo y mucha pasta de campeón, confiesa que no existe pared ideal para pintar. Para él  los pasos más importantes para realizar un mural son los que se dan antes: en el papel.

Empezó a pintar murales en el ’98, en sus épocas de estudiante universitario en la ciudad de La Plata. Siempre muy autodidacta, al igual que la mayor parte de su formación. Comenzó pintando letras más del estilo graffitis y taggs que es algo que le encanta, y de a poco fue incorporando rostros y dibujos que le gustaban. En esa misma época se interiorizo en la cultura del hip hop, que marcó su actual impronta personal.
En la mayoría de sus obras hay un patrón que se repite: los rostros. En especial, Emmanuel le da mayor importancia a los ojos. “Los ojos hablan de la energía que tenemos dentro cada uno como ser vivo y de cómo muchas veces ésta cambia o muta dependiendo de nuestras experiencias. Por eso, cuando pinto ojos en blanco, hablo de las muchas veces que no necesitamos ver para saber qué pasa o qué nos está pasando”, dice.


En cuanto a si existe o no “la pared ideal”, Emmanuel cree que es mentira porque todas las paredes tienen sus imperfecciones, aunque aclara que es preferible trabajar en zonas que puedan tener mayor público. “El tema pasa porque sea visible, así que mientras más grande, mejor. La intención es que el trabajo que uno hace llegue a los ojos de todos los que sea posible. El arte es para todos.”
Cuando no está pintando, se mueve por el ambiente de la música, otra de sus grandes pasiones. “Si bien pinto mucho, no es lo único que hago”. Incursiona de forma autodidacta en el mundo de los dj’s, y ha participado de varios eventos pasando música de varios géneros, en especial el hip hop y la electrónica. “Siempre trato que todas las cosas que hago en mi vida vayan de la mano del arte”, confiesa sin dudar.


Un enamorado del arte y algunas cosas más
En la actualidad coordina y participa en SCIENCE MEETS WALLS (“la ciencia se encuentra con las paredes”), un programa de intervención y embellecimiento urbano a partir del uso del street art y las ciencias naturales como disparadores.
“Es un proyecto en conjunto creado por mi, donde participa gente del Museo de Ciencias Naturales de la ciudad, fotógrafos, biólogos y la Municipalidad” cuenta. El objetivo es salir a recuperar los espacios blancos o dañados y crear diferentes obras de arte en grandes dimensiones para darle color a la ciudad, y crear conciencia sobre el gran aporte que genera el museo de ciencias.
Los animales me encantan y siempre me gustó el hecho de que se guíen por el instinto. Tal vez los animales de fuerte presencia me intrigan más y por eso suelo pintarlos siempre que pueda. Los admiro y trato de representarlos según cómo los veo y los imagino. Me gusta el mundo animal y me divierte invadir el espacio urbano con eso.”


Todo esto lo hace sin ganancia monetaria, ya que para él significa “un proyecto por amor a lo que hago, pretendo llenar de grandes obras de arte la ciudad”. También recibe la colaboración de otros reconocidos artistas de diferentes lugares.
Además, Emmanuel es docente de Artes Visuales y también da cátedra sobre el origen de estas expresiones. “El graffiti nace como algo ilegal y con el tiempo fue mutando en diferentes aspectos. Hoy en la actualidad existen el vandalismo y el graffiti legal, y como siguen en pie ambas ideas es decisión de cada uno lo que quiera hacer. La gente tendría que saber diferenciarlos, y creo que queda en cada uno enseñar la diferencia y hacer notar ambas” explica.
En su caso, después de muchos años de pintar, hay gente que se acuerda de el y le avisa siempre si hay alguna pared disponible para ser intervenida. Sin embargo, igual prefiere pedir permiso y trabajar de manera legal para después no tener problemas. Considera que pintando así esta más tranquilo y tiene más tiempo para dedicarle a sus obras.

Por ultimo, ante la pregunta de que pasaría si alguien decidiera borrar alguno de sus trabajos, Emmanuel responde a corazón abierto: “Si borran o tapan mis obras, solo contribuyen a generarme mas ganas de pintar y de crecer, para que en algún momento se den cuenta de la singularidad de mis trabajos, y talvez tomen mayor conciencia para que sean preservados y no eliminados”.

                                                                                             Por Agustina Fontirroig